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Por qué faltan sachets de leche de Precios Cuidados en las góndolas Imprimir
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Miércoles, 20 de Marzo de 2019 20:10
El producto que es 36% más barato que la primera marca de la misma fábrica escasea en los supermercados. Las cuestiones climáticas y el reparto de culpas entre Gobierno, comercios y empresas.
 
Por Julieta Tarrés
 
Hace dos semanas que Isabel Otamendi, empleada administrativa de 37 años, visita más de un supermercado por día para comprar hasta cuatro sachets “Armonía” a $25,47 por litro. Es la marca de leche fluida que está en el programa oficial Precios Cuidados y es 36% más barato que La Serenísima. La inflación de los alimentos, que acumula 7,8% de aumento en lo que va del año, según datos del Indec, obliga a esta mamá de cuatro a caminar hasta encontrar la opción más económica. “Mis hijos consumen casi cinco litros diarios, no me puedo dar el lujo de gastar $199,5 cada vez que voy al súper y no encuentro leche “Armonía” en la góndola. Últimamente me pasa seguido y cuando no consigo compro la más cara y gasto $72 más por los cinco sachets”, cuenta a TN.com.ar esta vecina de Palermo.
 
La historia se repite en todos los barrios porteños, incluso también en grandes ciudades del interior. En la Secretaria de Comercio admiten que durante febrero y lo que va de marzo se incrementaron los reclamos y denuncias de los consumidores que notan faltantes de “Armonía” en las góndolas. “Estamos monitoreando que las cadenas no incumplan con la obligatoriedad de ofrecer ese producto del programa Precios Cuidados”, explicaron desde la cartera a cargo de Ignacio Werner.
 
Ante los reclamos de la gente, las cadenas de súper e hipermercados se defienden desde el otro lado del mostrador. Casi al unísono culpan a las principales empresas lácteas del país por la escasez puntual de leche “Armonía” (la segunda marca de Mastellone) y de los sachet de marca propia que tercerizan en una de las principales compañías del sector. En absoluto off the record, como no podía ser de otra forma, el director de una de las cadenas de retail que tiene sucursales en todo el país dispara contra la industria: “Con la excusa de la escasez, nos entregan menos volumen de leche con nuestra marca y menos aún la de precio bajo. Pero proporcionalmente mantienen casi intacta la distribución de su principal marca”. El director comercial de una cadena mayorista, quien también pidió mantener su nombre en reserva, intenta ser más conciliador; aunque culpa al Estado y a la coyuntura por la falta de sachets en sus góndolas.
 
“La inflación en alimentos aceleró la venta diaria de productos básicos, y los ítems de Precios Cuidados vuelan de las góndolas. Se reponen a diario. Pero en el caso particular de la leche, los faltantes están relacionados con los problemas climáticos que sufrió la industria entre octubre y enero”, explica el directivo de una cadena de capitales internacionales. El presidente de una de las cámaras que agrupa a cadenas de supermercados agrega un dato adicional: “Se están comenzando a comercializar productos derivados, bebidas sustitutas en base a suero de leche de vaca”, dice. Tres cadenas consultadas por TN.com.ar confirman ese dato. Según las empresas, en los últimos tres meses se duplicó la demanda de “alimentos en base a leche” que tienen entre sus ingredientes una porción de leche en polvo, suero y azúcar agregado.
 
Los analistas del sector lácteo insisten en que el problema es coyuntural y a fines de abril estará normalizado. Jorge Giraudo, director del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), describe la situación con estadísticas de la industria que conoce como pocos: “Durante 2018 las exportaciones crecieron 37% en toneladas y 30% en dólares comparado con 2017. Ese incremento hizo que el sector se consumiera todo el stock”, explica. Según los cálculos de Giraudo, el primer trimestre de este año arrancó con un 10% menos de producción de leche comparado con igual período de 2018. El incremento del precio internacional de la leche en polvo motivó a las empresas lácteas argentinas a exportar más. “En noviembre, la tonelada se pagaba u$s2600 en el mercado internacional. Y desde entonces el precio se incrementó 27% en dólares, llegó hasta US$ 3.300”, cuenta Pablo Vernengo, director ejecutivo de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Para los analistas, la combinación de algunas variables macroeconómicas, como la devaluación del 50% en septiembre, contribuyeron a que las empresas con algo de excedente vendieran leche afuera. Las cifras de OCLA evidencian que esa tendencia se mantiene: en enero los despachos a mercados extranjeros crecieron 21,4% en toneladas y 7,7% en dólares respecto del mismo mes de 2018.
 
Pero la falta de materia prima en la industria local no solo tiene que ver con el auge de las exportaciones. Giraudo indica que el exceso de precipitaciones de enero y la posterior ola de calor impactaron de lleno en la productividad del sector. “El ciclo natural de la leche, con picos de producción en octubre y bajas mínimas en abril, redujo el volumen un 30% en 2018. Y a eso se sumó el alto nivel del índice ITH, que mide la temperatura y la humedad en el entorno de la vaca. Habitualmente ese indicador marca 70 puntos básicos en un período de normalidad. Y en enero ascendió a 90 puntos básicos, lo que significa que los animales estaban bajo estrés y daban menos leche”, dice el director de OCLA. Desde CAME califican a ese fenómeno como “estrés térmico” y estiman que la cantidad de litros diarios durante enero cayó de 3,5 millones a 2,5 millones solo en una de las principales empresas productoras.
 
Los actores de la industria láctea consultados por este sitio señalan que la salida de SanCor del mercado generó un problema adicional. “La Cooperativa SanCor producía 1,5 millones de litros diarios, que se sumaban por día a los millones de litros que sigue produciendo Mastellone Hnos. Pero al vender su planta de Chivilcoy a AdecoAgro, ese volumen se perdió estos meses porque ese predio está todavía inactivo”, cuenta un productor santafesino.
 
Funcionarios de la Secretaría de Agroindustria, a cargo de Luis Miguel Etchevehere, admitieron estar preocupados por la situación coyuntural de la industria láctea. Sin embargo, están confiados con que se trata de un problema pasajero. Los pronósticos de la OCLA son optimistas. “La curva de producción se va a revertir en menos de un mes y ya en abril y mayo veremos que todo vuelve a la normalidad”, asegura Giraudo, quien agrega que la leche fue uno de los alimentos que corrió a la inflación de atrás durante 2018, a diferencia del resto de los ítems de la canasta básica. Según datos oficiales, el precio del litro de leche aumentó 47% entre enero y diciembre de 2018, período en el que se registró una suba generalizada del 47,6% y casi del 52% en alimentos.
 
En una cadena de supermercados, en la que hay faltantes diarios de leche “Armonía” en sachet, describen en off the record a TN.com.ar que la ola de quejas crece de abajo hacia arriba y pegan la vuelta. “Los consumidores le reclaman a los supermercados, nosotros nos quejamos con Comercio, el Estado llama a los distribuidores y a las empresas lácteas que se quejan de nuestros reclamos y con Agroindustria por las variables macroeconómicas…”, enumera el empresario.
 
Para intentar desmitificar los reclamos que la gente le hace a la industria láctea, Giraudo lista cifras que evidencian la baja concentración de las empresas del sector. “De las lecherías mundiales, la argentina es la más atomizada del mundo. Hay 10.700 empresas lácteas distribuidas en el país, son 670 industrias”, dice el especialista. Según los datos de OCLA, las cuatro principales compañías del país concentran solo el 34% del mercado (La Serenísima, 14%, Saputo, 12% y Winner 8%). La diferencia es abismal con Uruguay (Conaprole tiene 78% del mercado), con Australia (Fonterra, 75%), y Chile (pocas compañías concentran el 85%).
 
 
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