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Roma, la eterna Imprimir
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Lunes, 10 de Diciembre de 2012 10:02

Por Claudio Ruax desde Italia para Master News

Ultimamente, he tenido la grata posibilidad de visitar otra vez Roma, y siempre es como la primera vez. Desde Campo dei Fiori hasta Piazza Navona, desde Piazza del Popolo hasta Via del Corso, Roma siempre se presenta a mis ojos como una ciudad en la cual camino como si estuviera en casa.

 

 

Desde la primera visita, alla por el noventa y tres (diecinueve años ya!), hasta ésta última he tenido la suerte de alojar en casa de distintos amigos. Y he aprendido que las ciudades se ven mejor cuando uno es huesped de alguien que vive alli. Las opiniones y consejos de estas personas son utilisimos para caminar y conocer la ciudad. Y esto, por suerte, me ha pasado tanto con Roma como con Barcelona (gracias Carlos , gracias Marcela, gracias Rodrigo, gracias Paolo, gracias Andrea, gracias Eduardo)

Mis estadias en Roma (seis en total) no han sido menores a una semana, lo cual me ha permitido descubrirla y redescubrir lugares y personas inolvidables. Sus grandes monumentos son parte de una iconografía turistica mundial, basta mencionar el Coliseo o la Fontana de Trevi y ya nuestra mente se ubica en la ciudad eterna. Pero Roma es más Roma en sus “vicoli” (callejones), en sus pequeñas “fontane” y en sus iglesias. Existen tantas en Roma que, para mi, son interminables; las hay grandes, pequeñas, bizarras, abandonadas, para todos los gustos.

Hay un personaje, detrás de Piazza Navona, el cual ha escrito parte de la historia de esta ciudad. Se llama Pasquino (se pronuncia pascuino), y es un personaje que ha sido el mensajero del pueblo romano en epoca del Papa Rey. No es un ser humano, es una estatua bastante vieja y derruida, pero habla, todavia hoy.

Los soldados del papa encontraban en las mañanas las “pasquinate” pegadas en el pecho de Pasquino, pequeños versos que satirizaban al Papa o a la corte. Las penas para quien venia descubierto eran severisimas, hasta llegar a la pena capital.

El folclore de Roma esta en sus calles y en sus voces. Para escucharlas basta darse una vuelta por el mercado de Campo dei Fiori una mañana cualquiera y escuchar “prendete er miglior vino degli castelli!”, y frases por el estilo con el mejor acento romano. Y despues lo ideal es un buen plato de fetuccini en cualquier trattoria del centro, no se pueden equivocar, busquen la que mas les guste y disfruten de esta ciudad, en tanto el Tiber sigue su camino hacia el mar.

 

Por Claudio Ruax desde Italia para Master News

Roma, la eterna