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Su madre comenta que nada puede detener a Jaime, quien cursa segundo grado. Su sueño es poder tener una silla eléctrica.

 

A pesar de la pobreza y la parálisis cerebral que le impide caminar normalmente, Jaime es un chico de Honduras que no deja que ningún obstáculo lo aleje de sus estudios. Por eso, gatea los dos kilómetros que separan su casa de la escuela en una zona rural de ese país.

 

A los tres meses de vida, a Jaime Osmín Pérez Luna le fue detectada parálisis cerebral, condición que provoca que no tenga fuerza en sus piernas y no pueda mantener el equilibrio, por lo que la mayor parte del tiempo gatea para desplazarse.

 

“Mi mayor deseo es poder ir a la escuela sin tener que arrastrarme. Mi pasión es el estudio y ya puedo leer y cuando este más grande quiero trabajar en un banco y poder ayudar a mi mamá y hermanos para que ellos ya no trabajen y yo pueda mantenerlos" expresó Jaime a los medios de Honduras.

 

Cada día, Jaime se levanta desde las 5:30 de la mañana para alistarse para ir a la escuela. Usando guantes y rodilleras, gatea por más de dos kilómetros para llegar al colegio antes de que cierren la puerta, a las 7:15.

 

Su madre comenta que nada puede detener a Jaime, quien cursa segundo grado. Su sueño es poder tener una silla eléctrica.