Ante un campo eufórico, Macri delineó su modelo de país y pidió "no volver al pasado" Imprimir
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Sábado, 03 de Agosto de 2019 13:10
El Presidente inauguró formalmente la Exposición Rural
 
Por Silvia Mercado
 
"¡Sí, se puede!", bramaron las tribunas cuando Mauricio Macri dejó inaugurada la 133º Exposición Rural de Palermo. Y no fue la única vez. Cuando empezó a hablar también lo recibieron con esa consigna que querían entonar desde temprano, tal como se pudo comprobar en los corrillos previos al ingreso, con productores eufóricos por el buen año que está pasando el campo y las perspectivas que se abren a partir del acuerdo Unión Europea-Mercosur.
 
El Presidente lució cómodo y seguro, al punto que no leyó ni tuvo la ayuda del habitual teleprompter, apenas unas hojas que iba pasando a mano con los tramos más importantes. Con un discurso elaborado dio los trazos más trascendentes de su visión política, a favor de la integración con el mundo para generar crecimiento genuino y desarrollar empleo, y con un Estado que no frene la producción sino que la ayude de todos los modos posibles, brindando infraestructura, destrabando la burocracia y generando condiciones de competitividad para la exportación sostenida y bajo  acuerdos de largo plazo.
 
Una pista eufórica
 
A 11 días de las PASO no se privó de hacer campaña. Arrancó su discurso presentando a Horacio Rodríguez Larreta (que casi llega tarde al inicio del acto) como "un gran hacedor" y a María Eugenia Vidal como "lo mejor que le pasó a la provincia de Buenos Aires en los últimos 30 años", ambos aplaudidos fuertemente por las tribunas.
 
Sin embargo, no pudo hacer anuncios. Durante los últimos días, la obsesión de quienes redactaron el discurso de hoy fue no violar la ley electoral, que impide a los gobernantes hacer uso de las tribunas públicas para hacer promesas que violen la veda estipulada. De hecho, a pesar de que el viernes salió publicado en el Boletín Oficial que Agricultura volvería a ser Ministerio, nada dijo al respecto.
 
Eduardo Eurnekian al llegar al predio 
 
Y tampoco confirmó un compromiso tomado cuando se reimplantaron las retenciones, que serían eliminadas a partir del 31 de diciembre de 2020. Sólo dijo un genérico "lo antes que podamos tenemos que seguir en la dirección de terminar con ese mal impuesto". Lo que sí hizo fue recordar que hace un mes ya las redujo en 207 actividades regionales, lo que implicó una caída de 2.200 millones de pesos para las arcas fiscales o un retorno de esos ingresos que corresponden a los productores, como fue el caso del maíz para pochoclo, maní y cerezas, entre otros.
 
En el palco oficial, Macri estuvo acompañado por su esposa Juliana Awada, y rodeado por el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Daniel Pelegrina, y el flamante ministro de Agricultura, Luis Miguel Etchevehere. También estuvo en la primera fila el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne y el secretario general de la UATRE, Ramón Ayala, cuya presencia fue especialmente destacada por el titular de la SRA en su discurso.
 
Se informó que no fueron más ministros del Ejecutivo porque Ceremonial de Presidencia pidió que no lo hicieran, ya que pretendían que no se transforme en un evento del Gobierno. Sin embargo, se vio al ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, y candidato a diputado nacional, Cristian Ritondo, y el secretario general de la Gobernación, Fabián Peredchodnik. También el candidato a vicejefe, Diego Santilli. Más atrás, se vio al presidente del Banco Provincia, Juan Curutchet, al titular del INDEC, Jorge Todesca, a los diputados Eduardo Amadeo, Pablo Tonelli y Alicia Fregonese, el senador Alfredo De Angeli y al embajador argentino en China, Diego Guelar. Además de los embajadores Edward Prado (Estados Unidos) y Mark Kent (Gran Bretaña), entre otros diplomáticos.
 
Rattazzi y Gabbi 
 
De la oposición, solo se vio al ex ministro de la Producción, Ignacio De Mendiguren, actual diputado del Frente Renovador y aspirante a volver ocupar la cartera que tuvo en tiempos de Eduardo Duhalde si gana Alberto Fernández la presidencia.
 
Del sector privado fueron el presidente de la UIA, Miguel Acevedo, el titular de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi, de la Cámara de la Construcción, Julio Crivelli, además de Eduardo Eurnekian (Grupo Eurnekian), Cristiano Ratazzi (Fiat), Martín Cabrales (Cabrales), Enrique Cristofani (Santander), Alfredo Guzmán (Celusal) además del titular de la CRA, Dardo Chiesa,  de Coninagro, Carlos Iannizzotto y de la Asociación Semilleros Argentinos (ASA), Alfredo Paseyro.
 
De lo que nadie quiso hablar después de la inauguración es del episodio de los dos dispositivos con mensajes contra el desmonte que logró desplegar Greenpeace sobre la cabeza misma de Macri. Es evidente que falló la seguridad presidencial ya que no se revisó lo suficientemente bien el palco o, por lo menos, el techo.
 
Empezó a hablar Pelegrina y, desde algún sector alrededor de la pista central, se accionó en forma remota para que dos rollos bajen a un lado y el otro de la plataforma para realizar discursos. Dos socios se apuraron a arrancar los carteles que colgaban, pero los rollos quedaron colgando y a la vista de todos. Tampoco nadie de seguridad se acercó para ver qué había pasado y todo siguió con absoluta normalidad, como si no hubiera sucedido nada.
 
Al concluir el acto, Infobae tomó conocimiento de fuertes cruces entre las distintas fuerzas actuantes en la seguridad presidencial. Casa Militar le echó la culpa a la Policía Federal, y la Policía Federal a la AFI, y la AFI al secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis. Nadie, sin embargo, pudo explicar cómo hizo Greenpeace para introducir –se supone que en la noche o en la madrugada de ayer– una o más personas en el palco oficial para colocar esos dos dispositivos que funcionaron a la perfección, evidentemente en complicidad con personal de seguridad.
El momento en que despliegan los carteles de Greenpeace. 
 
Por si faltaba algo, un fotógrafo de Greenpeace tomó fotos del instante en que las consignas colgaban para acompañar el comunicado de prensa que distribuyeron mientras hablaba Macri.
 
Por cierto, nada de eso empañó la euforia que se vive en el sector del campo. Productores que aseguraban que estaban a punto de abandonar la actividad en marzo ahora dicen que tienen el mejor balance en 20 años.  Plantas de frigoríficos que estaban cerradas desde hacía 20 o 30 años, ahora reactivan sus plantas con la última tecnología, ya que están llegando inversores chinos decididos a asociarse con locales para producir y exportar. Jóvenes productores que habían confiado en Macri en 2015 y este año ponían excusas para dedicarle tiempo a la fiscalización, llenan los locales partidarios para sumarse al voluntariado político.
 
Después de la sequía más dura en 50 años, el cambio de expectativas en el campo es notable y notorio. Como dijo el Presidente, "la rueda está comenzando a girar" y será todavía más rápido "cuando confirmemos que no volveremos al pasado". Ese fue otro momento donde las tribunas protagonizaron con un gran aplauso, cuando Macri se dejó arropar por los festejos que le son esquivos en otros sectores de la sociedad.
 
 
Ante un campo eufórico, Macri delineó su modelo de país y pidió