Eligieron al mejor equipo docente de la Argentina: la escuela rural que se convirtió en modelo a seguir en robótica Imprimir
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Lunes, 09 de Septiembre de 2019 22:02
La secundaria Obispo Zapata, ubicada en un remoto paraje rural de San Juan, ganó el millón de pesos que reparte el premio Maestros Argentinos. La historia detrás del logro
 
Por Maximiliano Fernandez
 
La escuela Obispo Zapata queda en Caucete, San Juan. Está alejada de las zonas urbanas de la provincia, rodeada de caminos de tierras. Es difícil acceder a ella. Tan solo pasa un colectivo tres veces por día. Pese a las dificultades, sus docentes fueron reconocidos hoy como el "mejor equipo del país". Lograron el primer lugar en el premio Maestros Argentinos entre más de mil proyectos que se postularon.
 
Curiosamente, en una escuela con numerosas privaciones, el premio llega por la innovación. Por el club de robótica que funciona en la secundaria desde principios del año pasado. En 2017, habían recibido los equipos, pero los capacitadores no se acercaban. Por seguridad, los kits descansaban en la casa de la directora, sin usar, a la espera de una ayuda que permitiera dar el primer paso.
"Con ayuda del ministerio de educación provincial, armamos un club. Ellos nos orientaban a través de Whatsapp. Arrancamos a trabajar los lunes y miércoles a contraturno. Los primeros desafíos respondían a lo básico: aprender a programar el robot, hacer que se mueva. Con el tiempo las consignas se fueron complejizando. La idea era motivarlos para que quieran seguir en la escuela y enseñarles de una forma diferente", le contó a Infobae su directora, Ivana Rivas.
 
En la comunidad, dice, la educación no era la prioridad. Lo importante era el trabajo, ayudar a la familia en el cultivo de la vid. "A partir del proyecto, la familia se sumó y la escuela se volvió el centro", señaló. De hecho, los ciclos escolares que, en general, terminaban en tercer año, ahora acostumbran a llegar hasta sexto. El año pasado fue la primera promoción e incluso seis chicos ya cursan en la universidad.
El presidente Mauricio Macri y el ministro Alejandro Finocchiaro entregaron el reconocimiento
 
La entrega del premio fue en el CCK y contó con la presencia del presidente Mauricio Macri, quien dijo: "Siempre es una alegría conocer a nuestros maestros. Son ustedes los que trabajan silenciosamente y con cada enseñanza hacen futuro. Más que nunca es importante remarcar que la educación es la que hará crecer a la Argentina. No hay herramienta más potente para luchar contra la pobreza".
 
Del mismo modo, el ministro de Educación Alejandro Finocchiaro, sostuvo: "Este premio busca revalorizar la labor docente en todo el país. Mostrar lo que hacen. Hoy no solamente premiamos a diez equipos. Todos tuvieron buenas prácticas. La secundaria todavía tiene problemas serios y hemos decidido encararlos junto a los 24 ministros provinciales. No pensamos en colores partidarios. La educación no conoce ideologías partidarias".
La escuela fue premiada por su club de robótica
 
El premio mayor, el del primer puesto, reparte un millón de pesos para profundizar el proyecto. La Escuela Obispo Zapata lo destinará a comprar equipamiento: computadoras nuevas, robots modernos, impresoras 3D, proyectores, parlantes.
 
El reconocimiento no es el primero que tiene la escuela. El año pasado un equipo de alumnos ganó una de las categorías de la Maratón Nacional de Programación y Robótica y viajaron a capacitarse a Estados Unidos. "Ahí llegó toda la revolución. Los tres chicos que viajaron a California trajeron todo lo nuevo y empezaron a decirle a los profes por dónde encarar las clases. Se comenzó a innovar de verdad", dijo la directora.
 
La repercusión que generó la maratón hizo que se corriera la voz. Se transformaron en un modelo a seguir. Otras escuelas sanjuaninas se pusieron en contacto. Les pidieron ayuda para empezar a trabajar con los kits. "Es que se vio que la aplicación de los recursos tecnológicos pudo acercar a los chicos a un mundo más real. A tener las ganas de seguir estudiando", explicó la directora.
 
Silvina Romero y Wilson González son los profesores de tecnología y geografía. Ellos fueron los primeros maestros de la escuela en usar los robots en el aula. "Para todos fue algo nuevo. Los chicos se volvieron casi autodidactas. Ellos aprenden a manejar los robots y nos enseñan a nosotros. Aprendemos al mismo tiempo. Para nosotros también fue un gran desafío. Es muy importante tener la apertura, la mente abierta. Cuando se logra, los chicos hacen maravillas. Nosotros tenemos que darles las herramientas y ellos nos sorprenden", remarcaron.
 
La escuela tiene horarios flexibles. Desde que cuentan con comedor, pueden trabajar en doble turno. Incluso, dicen, el entusiasmo es tan grande que llegan a reunirse algunos fines de semana. Las materias se mezclan: trabajan por por proyectos interdisplinarios, con la tecnología como facilitadora, y apuntar a resolver problemas de la comunidad. Por caso, con los robots buscan soluciones para facilitar el trabajo en los viveros subterráneos o las impresoras 3D les permitió diseñar mapas para las personas ciegas de la zona.
 
Sus alumnos lo agradecen. Bruno Olmos y Román Quiroga tienen 14 y 17 años y vinieron a Buenos Aires para la entrega del premio. Ellos vivieron el antes y el después. "Las clases empezaron a ser más divertidas. Antes les decíamos a nuestras mamás: 'Má, no quiero ir a la escuela'. Ahora tenemos ganas. Es una emoción. Además de que nos divertimos, nos damos cuenta de que aprendemos más. Antes nos costaba concentrarnos", contaron.
 
Hoy los chicos divisan el futuro con un horizonte más amplio. Ya no ven al cultivo de la vid como su única opción. Creen que pueden seguir estudiando. Incluso Bruno quiere hacer una carrera en tecnología, una posibilidad que -admite- antes ni se les cruzaba por la cabeza. "Quiero seguir aprendiendo programación. Creo que es lo mío", dice.
  Eligieron al mejor equipo docente de la Argentina: la escuela rural que se convirtió en modelo a seguir en robótica