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Sábado, 29 de Junio de 2019 19:06
Perú fue menos que Uruguay, pero aguantó hasta llevarlo a los penales y terminó metiéndose en semifinales después de que Gallese le atajara su remate a Suárez. Ahora, los de Gareca van con Chile. Mirá lo mejor del partido y los penales en vídeo.
 
Luis Suárez llora desconsolado, como un pibe al que un vecino maldito le pisoteó el juguete más preciado. Del otro lado, Ricardo Gareca celebra con sus jugadores tras la bendición de los penales, justo después de haberla pasado muy mal durante todo el ST y de haber agradecido al dios del VAR por su presencia oportuna en esos tres goles que le anularon a Uruguay. Porque fue gracias a la intervención de la tecnología que Perú sostuvo el 0-0 durante los 90 minutos y definió el acceso a la semifinal desde los 12 pasos, acaso la única chance concreta que le quedó a los del Tigre para dar el zarpazo.
 
Sucede que la Celeste fue ampliamente superior desde lo futbolístico y conceptual, aprovechando esa ventaja lógica en cuanto a la calidad técnica de sus jugadores. Por eso mismo es que a la presencia de Cavani y Suárez en el ataque se le sumaban las arremetidas de De Arrascaeta y las subidas constantes de los laterales. Hubo infinidad de centros, intentos fallidos para ingresar por el centro de la defensa rival (gran laburo de los centrales peruanos Abram y Zambrano), y tres situaciones concretas que lograron convertir.
 
Tal vez de ahora en más, en esta nueva era en el fútbol tecnológico, la mejor expresión sea esa: hablar de conversión y no de gol. De hecho, hasta los relatores deberían pausar sus relatos hasta tanto el juez de turno (Sampaio) consulte con los asistentes que están encerrados entre decenas de monitores y, recién después de tres o cuatro minutos de revisiones, puedan definir si esa pelota que entró al arco infringió alguna regla o no. Bueno, lo que les pasó a los del Maestro Tabárez fue eso mismo: gritaron al divino botón tres goles, dado que en todos hubo offside en la jugada previa o en el momento de la definición. El primero, el fuera de juego de Nández, fue clarísimo, aunque los de Cavani y Suárez son milimétricos, dignos de seguir discutiéndolos un largo rato.
 
En fin, las chances que tuvo Uruguay se gestaron por méritos propios. Muy difertente a lo que le sucedió a los del Tigre Gareca, que apostaron a guardar las formas en la fase defensiva, aguantando los embates de un rival con un poderío ofensivo fuerte (incluyendo el juego aéreo). Y que recién después pensaron en progresar en el campo, intentando aprovechar alguna contra con la velocidad de Carrillo y Cueva, y con un Guerrero que siempre juega con la más fea: en su espalda recae toda la presión en ataque.
 
Sin embargo, a Perú le alcanzó con tener a Gallese en el arco (le adivinó el remate a Suárez, el único penal errado) y a sus ejecutantes inspirados. Y a Uruguay no le alcanzó con ser mejor en el campo en los 90’.
 
Fuente: Olé
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