Muchas veces, nuestro hogar necesita refacciones impostergables, por desperfectos o daños acarreados por el paso del tiempo. Otras, nos interesa darle una nueva cara a algún espacio de la casa, o ampliar el espacio existente para obtener más lugar.
En todos esos casos, estamos hablando de un importante desembolso de dinero. Los presupuestos y materiales de construcción suelen ser elevados, por más pequeña que sea la refacción planificada, y hay que evaluar los costos antes de comenzar.
Para eso, en esta oportunidad compartimos algunos consejos a tener en cuenta a la hora de realizar una reparación en el hogar y que ello no implique un endeudamiento para nosotros.
Pedir varios presupuestos
El primer consejo es el más importante: no debemos quedarnos con la primera opción a la hora de averiguar costos de nuestra reparación. Podemos conseguir dos, tres o incluso más presupuestos distintos por el arreglo que necesitemos realizar, con diferentes trabajadores.
A su vez, también podemos presupuestar los materiales en dos o tres negocios diferentes, para poder comparar precios y seleccionar la opción que más se ajuste a nuestro presupuesto, sin resignar la calidad de los materiales.
Conseguir los fondos
A la hora de realizar este tipo de gastos, podemos financiarlos de distintas formas. Por un lado, los lugares donde se venden materiales de construcción a menudo ofrecen facilidades de financiación con diversas tarjetas de crédito.
Por otra parte, para abonar la mano de obra de contado, siempre podemos solicitar un préstamo. En el caso de que nuestra situación crediticia no sea favorable, hay muchas compañías que otorgan préstamos para personas con veraz negativo.
Priorizar lo más urgente
Si bien siempre podemos encontrar puntos de mejora en nuestro hogar, es importante que armemos un orden de prioridad para organizarnos en cuanto a los gastos. Así, seguramente resulte más urgente arreglar un caño roto que cambiar el piso del baño, por ejemplo.
A su vez, podemos aprovechar y aunar en el mismo presupuesto dos arreglos similares, reduciendo el costo de la mano de obra. Si tenemos que repasar la pintura exterior por deterioro, por ejemplo, podemos aprovechar para cambiar el color de alguna pared interior en el mismo momento.
Planificar el momento de reparar
Al llevar a cabo una refacción, debemos tener en cuenta que conlleva una modificación importante en la dinámica del hogar. Dependiendo de la extensión del desperfecto, quizás nos veamos obligados a mudarnos por unos días, incluso.
Por eso, debemos planificar las reparaciones con tiempo para no afectar a los habitantes de la casa y que todos podamos seguir desempeñando nuestras tareas con normalidad. Si debemos mudarnos, procuremos contar con un lugar adecuado para toda la familia.
Prever contratiempos
Es muy importante contar con un fondo de dinero destinado a los contratiempos que puedan llegar a surgir en el momento de las refacciones. Por ejemplo, es muy probable que se encuentren otros desperfectos que deban ser solucionados.
También podemos sufrir las consecuencias de algún error por parte de los trabajadores que realizan la refacción, que también deberá ser resuelto para evitar consecuencias negativas.