Se trasladó desde La Plata hasta Santiago del Estero, le dijeron que su test no tenía validez y no pudo saludar a su padre que está internado.
Un nuevo episodio lleno de incertidumbre, bronca y dolor sucedió en las últimas horas. Las protagonista es una docente platense, sumado a la hermana y su pareja, quienes emprendieron un viaje de emergencia en plena pandemia y todo terminó mal.
Sandra Guzmán tenía el deseo de ir a ver a su padre en Santiago del Estero, ya que el hombre de 84 sufrió un accidente que complicó su estado de salud y los médicos aseguran que le queda poco tiempo de vida.
Los tres se realizaron los test necesarios, sacaron los permisos para circular y emprendieron un viaje de 1.200 kilómetros hacia tierra santiagueña, más precisamente a la localidad de Ojo de Agua.
“¿Y para qué vinieron desde allá?”, fue una de las preguntas que sorprendió a la docente de La Plata, a la cual respondió de inmediato: “Para verlo, porque está agonizando”. Tal como contó la mujer en sus redes sociales, a los tres los detuvieron en primera instancia en uno de los controles policiales y sanitarios, a 11 kilómetros de la ciudad a la que se dirigían.
Allí les dijeron que los testeos que se habían realizado en nuestra ciudad no les servían, como tampoco los permisos que habían sacado en la página del Gobierno Nacional. Tras cinco horas al costado de la ruta y discutiendo con las fuerzas de seguridad para que los dejaran continuar, un Comité de Evaluación del pueblo los dejó seguir camino. Así pudieron llegar al pueblo Ojo de Agua, en donde se dirigieron directamente al hospital para ver a Arcángel Guzmán que había sido trasladado tras un accidente doméstico que le provocó la fractura de su cadera.
Sin embargo el encuentro no se pudo dar. En el nosocomio una médica que se presentó como la persona que atendía el caso de Guzmán y que además tenía injerencia en las decisiones sanitarias en el pueblo, les negó el acceso.
Quiero compartir mi dolorosa situación. Mi nombre es Sandra Guzmán, vivo en La Plata, mi papá de 84 años vive en Ojo de…
Publicado por Sandra Guzman en Lunes, 5 de octubre de 2020
“Dijo que ella estaba al tanto del caso desde que nosotros habíamos sido detenidos en la ruta, en esas cinco hora que pasamos ahí y que ella llamó por teléfono para decir que no, que no nos dejaran pasar y que no entendía qué hacíamos ahí”, confesó Sandra, en declaraciones al El Día, sin poder creer lo que estaba sucediendo.
Ante la negativa, la docente y sus dos acompañantes insistieron: “Le pedimos que nos dejara saludarlo de lejos, despedirme de él así aunque más no fuese. Pero siguió diciendo que no, que para ella esos test que nos hicimos en La Plata no tenían ninguna validez”.
Tras este episodio y la posterior orden de que dejaran el pueblo “de inmediato”, Sandra debió emprender viaje de regreso a nuestra ciudad y hacer otros 1.200 kilómetros, con la angustia de no haber podido despedirse de su padre por última vez. “Ya no hay nada que hacer”, terminó diciendo resignada la mujer.