Son muchas las personas que a diario, o semanalmente, juegan un boleto de lotería, siempre con esperanza de convertirse en millonarios de la noche a la mañana, pero al mismo tiempo con la idea de que nunca ocurrirá.
De hecho ha sucedido a veces que un ganador jamás supo que lo era porque perdió el boleto o no lo llegó a comprobar hasta pasado el plazo de reclamo. Sin embargo, esos pocos elegidos que efectivamente reciben un Gran Premio que puede cambiarles la vida, se enfrentan al siguiente paso: qué hacer cuando ganas la lotería.
Lo primero que podríamos llegar a pensar es que no hará falta que volvamos a trabajar. Se recomienda no ser impulsivos ni publicarlo abiertamente hasta pasados unos días. Mientras pueda evitarse que la noticia se extienda, tendremos tiempo para tomar diferentes decisiones al respecto.
Hay que tener en cuenta que no todos los premios permitirán que nos retiremos de la vida profesional. No es lo mismo ganar la lotería con 25 años que con 50, y aunque es probable que si lo ganamos ya a partir de esta edad podamos tener dinero suficiente para vivir holgadamente sin trabajar, deberemos realizar algunos cálculos, recordar que los premios tienen impuestos y tratar de asesorarnos antes de comunicar a la empresa que no deseamos seguir trabajando, para hacerlo del mejor modo posible.
Hay personas, sin embargo, que prefieren seguir trabajando porque esto otorga equilibrio a su vida y a su salud emocional. Algunos mantienen su puesto de trabajo el resto de su vida mientras invierten el dinero del premio o lo gastan en vacaciones por todo lo alto, en regalos o en reformas para su casa sin sacrificar el salario del día a día. También hay quienes toman un año sabático, pero sin duda, dejar un puesto de trabajo fijo es una decisión que no debe tomarse a la ligera.
La discreción, en cualquiera de los casos, es la máxima a seguir. Deberemos ser prudentes a la hora de elegir qué personas de nuestro círculo conocerán nuestros primeros movimientos, sobre todo si tenemos cuentas bancarias compartidas o procedimientos legales con familiares en curso (separaciones, divorcios, repartos de herencias o de bienes inmuebles). De nuevo aquí lo recomendable es contar con un asesor legal y financiero de confianza que nos oriente para que el dinero no caiga en manos equivocadas.
Además, deberemos ser conscientes de que cada gasto o inversión se verá reflejado en la declaración de la renta y que todo movimiento de dinero implicará unas tasas. Por supuesto que nadie quitará el derecho a dilapidar un poco, es el sueño de todo jugador de lotería, cometer alguna locura que en una situación financiera regular no podría permitirse, pero es una tendencia muy habitual entender que se ha ganado un monto superior al que realmente se percibirá, primero porque no se suele contar con los impuestos, y segundo porque al tratarse de cantidades tan elevadas, es complicado calcular hasta dónde se puede estirar la plata.
Una de las situaciones que más se repiten en los ganadores de lotería es también que las relaciones sociales se vuelven más complicadas. Las personas con dinero a menudo no saben si quienes les rodean están ahí por verdadera amistad o afecto o son interesados buscando recibir algo de dinero.
Emocionalmente se vuelve complicado y hay que ser muy analítico sin caer en la paranoia. Por eso nuevamente el consejo es no publicarlo demasiado. Nos ahorraremos que se publiquen falsas noticias o que se acerquen personas sin buenas intenciones, y aquellos que siempre estuvieron junto a nosotros podrán disfrutar tranquilamente de nuestra compañía.
El consejo final podría ser dejar atrás la impulsividad y mantenerse en todo momento bien informado y asesorado, con una actitud analítica y responsable, para que el premio cambie nuestra vida de manera positiva y no aporte mayores desastres fácilmente evitables.