MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
La Comisión de Investigación de la ONU sobre Siria ha acusado a las fuerzas leales al régimen de Bashar al Assad de perpetrar en el noroeste del país acciones que equivaldrían a crímenes de guerra, en el marco de una investigación en la que estos expertos han vuelto a denunciar ataques “indiscriminados” contra la población civil.
Al Assad, con Rusia como principal apoyo internacional, ordenó a finales de 2019 el inicio de una ofensiva sobre los últimos bastiones opositores en la región de Idlib. En solo tres meses, casi un millón de personas se vieron forzadas a abandonar sus hogares, en el mayor éxodo de una guerra iniciada en marzo de 2011 y una de las mayores crisis humanitarias recientes.
La comisión que encabeza el jurista brasileño Paulo Pinheiro ha examinado el periodo comprendido entre noviembre de 2019 y junio de 2020 para elaborar un informe en el que da cuenta de 52 ataques –atribuidos a todas las partes– en los que hubo víctimas civiles o daños sobre infraestructuras teóricamente protegidas por el Derecho Internacional.
Así, hubo al menos 17 ataques sobre centros médicos, 14 sobre escuelas, nueve sobre mercados y doce sobre viviendas atribuidos a las distintas partes en conflicto. “Es completamente atroz que, después de más de nueve años, los civiles sigan siendo atacados de forma indiscriminada o incluso sean objetivo”, ha lamentado Pinheiro en un comunicado.
Para este responsable, está “claro” que tanto la ofensiva de Al Assad como los terroristas de Hayat Tahrir al Sham “han violado de forma flagrante las leyes de la guerra y los derechos de los civiles sirios”.
En el caso del régimen, “cientos de mujeres, hombres y niños sirios” habrían muerto en acciones susceptibles de ser consideradas crímenes de guerra por su carácter indiscriminado, por alcanzar instalaciones protegidas y por utilizar armamento prohibido como bombas de racimo. Asimismo, la comisión ha apuntado que las fuerzas de Al Assad habrían cometido crímenes contra la Humanidad –“traslado forzoso, asesinato y otros actos inhumanos”– por sus bombardeados sobre varias regiones.
Las críticas también se extienden a Hayat Tahrir al Sham (HTS), acusados de detener, torturar y ejecutar civiles, así como de saquear viviendas. Los terroristas han sido acusados, además, de bombardear de forma indiscriminada zonas pobladas, “sembrando el terror entre los civiles que vivían en zonas controladas por el Gobierno”.
La comisión entiende que también el bando rebelde ha cometido crímenes de guerra, por lo que ha instado a todas las partes a respetar a los civiles en el marco del actual conflicto. Los expertos esperan que la comunidad internacional contribuya a la rendición de cuentas por los abusos detectados en Siria durante estos últimos años.
ENTRE LA ESPADA Y LA PARED
La violencia ejercida por las dos partes llevó a los civiles a un callejón sin salida en el que estaban abocados a elegir el menor de los males. La investigadora Karen Koning AbuZayd ha explicado que los civiles entrevistados han reconocido que se enfrentaron a la “espantosa elección” entre “ser bombardeados o huir a zonas controladas por HTS donde hay abusos generalizados y una asistencia humanitaria muy limitada”.
Estos civiles viven ahora bajo una nueva amenaza, la de la pandemia de COVID-19, que como ha recordado otro de las expertos, Hanny Megally, “no entiende de fronteras”. “Ahora más que nunca, los civiles necesitan acceso sostenido y sin trabas a una asistencia humanitaria que no sea politizada por los Estados miembro (de la ONU) ni instrumentalizada por las partes en conflicto”, ha subrayado.
Via: InfoBae – Siria.- Investigadores de la ONU denuncian crímenes de guerra en la ofensiva de Al Assad en el noroeste de Siria