Laura Fernández: “no todos los cargos otorgan sabiduría, ni todas las firmas autoridad moral”


La docente que había sido desplazada de su cargo de directora de la Escuela de Educación Secundaria N.º 1 de Rivadavia, por decisión de sus superiores, al ser acusada de hechos que no pudieron probarse e iniciándole administrativamente “un 139” que, después de más de 3 años, finalizó con la absolución definitiva y la restitución del cargo, publicó en redes sociales una nota de agradecimiento a quienes la acompañaron en este tiempo.

Solo quiero agradecer y debo hacerlo.

El 3 de noviembre de 2022 fui retirada de mi escuela como si hubiera cometido un delito después de 23 años de servicio y casi 15 años en la gestión directiva. Dos personas, custodiándome, frente al alumnado que ensayaba para el acto de la tradición, ejecutaron una orden que más tarde se demostraría infundada.

Ese día comenzó un proceso que me obligó a mirar de frente la oscuridad de un sistema que, en lugar de proteger, castiga; que, en lugar de escuchar, señala; que, en lugar de acompañar, expulsa.

Durante tres años soporté el peso del descrédito, el silencio institucional y la indiferencia de quienes deberían haber cuidado la dignidad de una trabajadora de la educación.

Tres años en los que la inoperancia y la improvisación se disfrazaron de autoridad, y el poder mal ejercido dejó cicatrices profundas.

Ese mismo sistema que me despojó, me absuelve.

La Justicia administrativa declaró mi sobreseimiento total, reconociendo la improcedencia de las acusaciones y la ausencia de toda falta.

Se comprobó lo que siempre supe: que la verdad, aunque demoré, siempre encuentra su lugar.

Este tiempo me enseñó que no todos los cargos otorgan sabiduría, ni todas las firmas autoridad moral.

Hay quienes confunden poder con saber, y mando con justicia.
Pero también hay quienes, desde la ética y la empatía, eligen no callar y sostener la verdad, aunque tiemble el suelo.

Hoy, finalizando el año 2025, quiero y debo agradecer a todos los que me acompañaron con una palabra, un abrazo, una llamada o un gesto en medio del ruido: Gracias. (A mis afectos: amigas, colegas, comunidad educativa EP N 6, consultora Eli Grimaldi, estudio jurídico, personal de la SAD, medios de comunicación y comunidad en general).

A los que miraron hacia otro lado, o callaron por conveniencia, también gracias: me enseñaron de qué lado quiero estar.

Hoy camino distinto, no con soberbia, sino con la fuerza serena de quien fue despojada y volvió a erguirse sin perder su esencia.

No necesito revancha: me basta con la VERDAD, y con la conciencia tranquila de haber actuado siempre desde el RESPETO, la TRANSPARENCIA y el COMPROMISO.

El poder pasa.

La ética permanece.

Y cuando la verdad se abre camino, la luz vuelve a entrar.

No le deseo a nadie todo lo que pasé, ni siquiera a aquellos que en su momento disimularon miles de sonrisas.

Se hizo justicia.

María Laura Fernández – Docente.


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