En su página web la institución de Capital Federal realiza una entrevista a la jóven profesional de nuestra ciudad hablando sobre su trabajo. Entra en la nota y conocela.
LO PUBLICADO POR EL CAEP
América es una ciudad perteneciente al Partido de Rivadavia, dentro de la Provincia de Buenos Aires, enclavada a 505 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Allí, residen unos 11.000 habitantes; entre ellos Mariela García, Psicóloga Deportiva, y quien entre sus varias ocupaciones como profesional, está su rol dentro de la Academia Brzezicki de Tenis, la cual funciona en Estudiantil Porteño.
«Cuando terminé el colegio, me fui a estudiar psicología a Buenos Aires, y egresé en el 2012 de la UBA. Después de terminar la carrera de seis años, hice el posgrado en psicología deportiva en APDA (Asociación de Psicología Deportiva en Argentina). Trabajo desde que me recibí, y a la Academia llegué en 2013 por una profesora de mi facultad, quien me recomendó cuando Juan Pablo Brzezicki buscaba un psicólogo para su academia», expresa Mariela en la mañana del lunes frío, desde su América natal, donde volvió tras varios años viviendo en Palermo.
En 2016 retornó, para junto a su pareja Cristian, formar una familia. De dicha unión, llegaron Lorenzo (3 años) y Victoria (7 meses).
«Hasta antes de la pandemia, viajaba una o dos veces al mes para trabajar de manera presencial. Ahora obviamente lo hago a distancia», dice.
Respecto a su función en la Academia de Tenis, señala:
«En realidad no trabajo para la Academia en sí misma; soy psicóloga de varios de los chicos que entrenan ahí. Y a veces por pedidos de Juampi, hemos hecho algunos trabajos específicos en pretemporada para todos los chicos. Charlas y trabajos de entrenamiento mental en cancha también, junto a trabajos diferenciados, para los más chicos (12 a15 años,y los profesionales».
Referido a esos trabajos diferenciados, explica:
«Trabajamos en distintos factores como ejercicios de concentración y visualización o relajación. También charlas grupales en dónde enfocamos sobre otros aspectos como motivación, confianza, presiones, frustraciones , manejo de las emociones. Incluso, hemos organizado charla para padres también».
El cronista aprovecha la charla, y le consulta sobre la diferencia entre un psicólogo y un psicólogo deportivo.
«El psicólogo deportivo está más orientado al rendimiento y se enfoca en el entrenamiento mental del deportista. En las variables mencionadas antes,principalmente en concentración confianza, motivación, emociones y presiones. Obviamente, no dejamos de lado la persona, porque también somos psicólogos y trabajamos cuestiones personales que puedan afectar al jugador y al rendimiento. Si hay cuestiones más clínicas de algún trastorno, también se detecta para trabajarlo o derivarlo», describe.
En cuanto a edades, o el ser amateur o profesional, se le pregunta sobre los parámetros de trabajo.
«En cuanto a las edades, el enfoque a veces es distinto, porque en los más chicos o adolescentes encontrás cuestiones a trabajar en relación a su edad y maduración. También trabajas más en el vínculo con los padres y las presiones. Con los profesionales, también trabajo la presión, pero me enfoco más en el alto rendimiento y en el deporte en particular.
En amateur no tengo casi experiencia de trabajo, siempre lo hice con deportistas que aspiran al alto rendimiento. De todas maneras, en lo mental trabajás aspectos similares, pero más enfocado a la cancha y competencia. En alto rendimiento trabajas también en otros factores que inciden en el rendimiento, ya sea el entorno, la comunicación, la presión, el exitismo de nuestro pais. Además de la familia, la pareja, el orden y el profesionalismo», sostiene.
Se menciona a los padres, y dentro de esas presiones, la consulta sobre si en un deporte como el tenis, algunos progenitores ven en sus hijos a un eventual Nadal o Federer que los salve económicamente.
«Si! También existen esos padres. No se ve tanto la situación del hijo que salve a la familia económicamente,eso se ve más en el futbol dónde hay más hambre pero hambre de verdad no hambre de ganar… Pero si, en el tenis están los padres que quieren cumplir sus deseos o sueños frustrados a través de sus hijos. Ven en sus hijos los futuros Del Potro o Federer. «Padres de Federer» hay muchos…», admite Mariela.
En ese contexto, ¿su función se torna casi indispensable para evitar posibles frustraciones del hijo, generados en su propio hogar?
«Si. El psicólogo puede contener y puede ayudar a los padres y a los hijos para afrontar los desafíos de una carrera profesional lo mejor posible brindándole herramientas. La frustración siempre va a estar en el deporte, el tema es como lo afrontan; y cuidar la salud mental del deportista y la relación con su entorno, por más que el alto rendimiento se torne muchas veces tan poco saludable», afirma.
Llevamos casi cuatro meses de cuarentena. El tenis es un deporte difícil de practicar en una casa. ¿Cuáles tipos de frustraciones le ha tocado trabajar este tiempo, tanto con jovenes como mayores?
«Sobre todo, la frustración de incertidumbre , del derrumbe de un año lleno de proyectos y objetivos. El desafío es trabajar la motivación del deportista en este tiempo, para seguir entrenando todo lo posible. Incluso aprovechar este tiempo único para hacer cosas que uno nunca puede hacer por falta de tiempo. El desafío es seguir enfocado y trabajando, para estar lo mejor preparado posible para el día de la vuelta», comenta.
Para el cierre, saber si debió adaptarse con su profesion a estos sistemas. La contencion y ayuda, puntualmente, no se modificó a diferencia de los meses y años anteriores.
«Yo siempre trato de estar presente. Mi trabajo siempre fue más que lo presencial, suelo estar en contacto permanentemente por WhatsApp con jugadores y entrenadores. De todas maneras, lo presencial siempre es importante para mí y por eso sigo viajando para verlos en una sesion, en un entrenamiento o en una competición», responde.
Mariela García, la psicóloga deportiva con la cual cuenta la Academia Brzezicki de Tenis. Una muestra de la seriedad y profesionalismo de esta actividad en Porteño.
Vía: www.caep.org.ar