En el archipiélago de San Andrés, el coronavirus parecía una amenaza superada. De los seis casos reportados a principios de mayo, cinco ya se encuentran recuperados, lo que sumado a los controles en las fronteras de la isla y el ingreso de personas externas, mostraba un panorama de control frente a la contagiosa enfermedad.
Pero esto cambió drásticamente la semana pasada cuando en la isla atracó el barco Susurro, que, proveniente de la ciudad de Cartagena, llegó cargado de víveres y otros elementos básicos para surtir a la población de San Andrés terminó disparando los contagios de COVID-19.
Después de atracar una noche más de la planeada en San Andrés, el barco zarpó a Providencia, isla vecina del archipiélago, pero al poco tiempo regresó a San Andrés debido al grave estado de salud de uno de sus tripulantes.
“El 6 de mayo, a las 3:15 de la madrugada, la motonave arribó a la zona asignada, en San Andrés, para la inspección de las autoridades. La Secretaría de Salud del Departamento informó de la presencia de una persona fallecida a bordo de la embarcación”, informó la Capitanía de Puerto en San Andrés.
De inmediato las pruebas de coronavirus fueron ordenadas para toda la tripulación del barco, el cual fue puesto en cuarentena y a todo el personal que entró en contacto con ellos. El resultado, dos médicos de la sanidad portuaria y tres integrantes de la armada nacional que ayudaron a bajar el cuerpo sin vida del marino fallecido estaban infectados con COVID-19.
“Nos informan de la situación, el capitán dice que el marinero tenía dolor abdominal y entonces pedimos a los encargados de salud pública que nos ayudaran a bajar el cadáver y lo enterramos en el cementerio de San Andrés”, afirmó para la FM el gobernador del Archipiélago de San Andrés y Providencia, Everth Hawkins Sjogreen.
Los ocho restantes tripulantes de la embarcación también dieron positivo a la prueba de coronavirus.
La situación cambió radicalmente la postura del gobernador Hawkins Sjogreen, quien hace tan solo dos semanas había declarado a las islas como blindadas de coronavirus y hoy señala el caso de Susurro como un foco de contagio que podría poner en peligro a toda la población.
“Este barco es el que de manera exponencial ha puesto en riesgo a la población de San Andrés, aumentando los casos de COVID-19”, dijo el gobernador.
Con estos casos asociados a la embarcación en San Andrés ya hay 21 positivos por coronavirus, en Providencia fueron reportados otros cuatro casos más de personas que tuvieron contacto con la tripulación infectada.
Susurro no es una embarcación desconocida para los sanandresanos ya que regularmente atraca en la isla llevando víveres, materiales de construcción y otras provisiones difíciles de conseguir en el archipiélago.
Esta es una de las razones por las que cuando llegaron a San Andrés el pasado viernes un grupo de comerciantes subió al barco con bebidas y prostitutas, celebrando una fiesta que conocidos todos los positivos de la tripulación podría ser el epicentro de un brote de COVID-19 en toda la isla.
“Tengo que particularizar en el caso de la embarcación Susurro que ponen en riesgo a la población aún más los que llevan alimentación a la embarcación”, agregó el gobernador Hawkins Sjogreen.
El Gobernador no confirmó las versiones de la fiesta sexual que tomó lugar en el barco la noche que pasó en San Andrés, pero dijo que esta era una práctica habitual de los marinos que llegaban a la isla.
Via: InfoBae