A raíz de la decisión caprichosa e injustificada de que en la Copa Rivadavia Femenino participen desde categorías 2009 en adelante, no hace más que negarle la participación a jugadoras nacidas en 2010 y 2011, que durante todo el año disputaron los Torneos Apertura y Clausura de la Liga del Oeste.
Además de negarles la posibilidad, implica una traba más al desarrollo del fútbol femenino, ya que dichas categorías quedarían aproximadamente 5 meses sin jugar al fútbol.
Si realmente se pretende que el fútbol femenino siga creciendo, LA POSIBILIDAD DE JUGAR no debería estar en cuestionamiento.
Por Juan Aranguez
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