El bateador referente del plantel de Fénix fue convocado por segundo año para representar a los Georgian Bay Giants en el ISC World Tournament.
América, de punta a punta. Enzo Chiaramonte, proveniente de la ciudad cabecera del Partido de Rivadavia, pasa por un gran momento y volvió a viajar al norte del continente para defender los colores de los Georgian Bay Giants en el ISC World Tournament. Siendo una de las figuras de Fénix, equipo de sóftbol de la Universidad Nacional de La Matanza, demostró estar a la altura de los mejores del mundo, fue citado por segundo año consecutivo por el conjunto canadiense y habló con El1 para contar su experiencia.
Su relación con la UNLaM llega directamente a través de la disciplina: “Mi primer contacto con la Universidad fue a través de Germán Bonaccorsi, a quien conocí mientras estudiaba en el Instituto Universitario River Plate. Fue quien me invitó a sumarme al equipo. Comencé a entrenar unos meses antes de la pandemia y desde entonces formo parte activa del plantel”. Sin embargo, previamente ya había adquirido experiencia en Morón, por lo que llegó con rodaje competitivo.
En un país donde el sóftbol no aparece dentro de los deportes convencionales, parece difícil ver niños o adolescentes involucrados en él. Sin embargo, por su padre, entrenador en el club de su ciudad natal, fue incursionando desde pequeño. Tras mudarse a la Ciudad de Buenos Aires a los 18 años para darle inicio a su carrera universitaria, se metió de lleno en las competencia de nivel profesional.
Función en cancha y referentes
Sobre su desempeño dentro de la cancha, destacó una de sus virtudes, aunque siendo la polifuncionalidad uno de sus fuertes: “Tengo una función bastante versátil. Suelo desempeñarme como outfielder, infielder y también como pitcher, pero considero que mi mayor fortaleza está en el ataque. Me siento muy cómodo en situaciones de bateo, y es ahí donde más impacto suelo tener en el rendimiento del equipo”.
Además de reconocer a Bonaccorsi, entrenador de Fénix, y mostrarse agradecido por abrirle la puerta, dentro del campo también tiene referentes. “Podría nombrar a Sebastián “Choper” Plescia y Matías Orfano, quienes han dejado una marca importante en la historia del sóftbol nacional y de la Universidad”, remarcó el bateador referente.
Competir en Estados Unidos
Gracias al alto nivel competitivo del equipo de la UNLaM, con el que ha viajado al exterior a disputar torneos, fue que terminó llamando la atención de los Georgian Bay Giants. “A raíz del rendimiento que tuve en algunos encuentros, varios equipos se contactaron conmigo con la intención de incorporarme como refuerzo. Esa exposición fue clave para abrirme puertas, y hoy en día puedo decir que esas oportunidades fueron el punto de partida”, explicó Chiaramonte.
“Actualmente me encuentro disputando varios torneos en Canadá en un equipo con una gran tradición en la región”, destacó sobre la camiseta que defiende desde el 2024 en esta época de la temporada. El conjunto norteamericano se encuentra actualmente compitiendo en el Torneo de Mitchell. A partir de julio tendrá el Saugeen en Ontario, el Torneo Mundial ISC como campeonato estrella en Minnesota, y la Bluewater League, también en Ontario.
La temporada anterior, la escuadra canadiense tuvo resultados positivos. Se quedaron con el trofeo en la liga local y con el subcampeonato en el Torneo Mundial de Clubes ISC II, como uno de los logros más importantes internacionales en la categoría. Así, puertas para adentro, las fichas están puestas en volver a pelear el campeonato y superar los resultados anteriores.
Por otro lado, las metas personales están puestas sobre el rendimiento: “Quiero ser más regular en el bateo, mantener un alto nivel defensivo y seguir creciendo como jugador integral. Además, siempre tengo presente representar de la mejor manera al sóftbol argentino y a la UNLaM en cada lugar donde juego”.
Autofinanciamiento y entretenimiento fuera de la cancha
A pesar de ser una experiencia autofinanciada, Chiaramonte lo ve como un progreso más allá de lo económico: “El sóftbol es un deporte amateur. Aun así, lo vivo como una inversión personal. La posibilidad de competir internacionalmente, de aprender y de representar con orgullo tanto a mi equipo como a mi país, no tiene precio”.
Sobre el final, aclaró que no todo es dentro del diamante. Además de mantener su profesión como Profesor de Educación Física y desarrollador de atletas, también tiene pasatiempos. “En paralelo practico CrossFit, tanto por los beneficios físicos como por la disciplina que me aporta. Me gusta mucho tocar la guitarra eléctrica, me ayuda a desconectar y expresarme de otro modo. La cocina también es algo que me divierte”, contó.
Y cerró: “Siempre que puedo busco escaparme a lugares donde pueda desconectar del ritmo urbano y reconectar conmigo mismo. Estar al aire libre, disfrutar de los paisajes, la tranquilidad y la energía que transmite el entorno natural”.
Fuente: www.el1digital.com.ar