Daniel González fue Jefe de la Guardia Urbana Municipal en la anterior gestión y es familiar de Celia Iglesias, quien perdiera la vida atropellada por un conductor que manejaba su moto a toda velocidad. Desde sus redes sociales hizo un análisis de la responsabilidad que nos cabe como vecinos en el tema del tránsito.
LO QUE ESCRIBIÓ GONZÁLEZ
Tu conocimiento, tu tiempo y tu voz, en un aporte mínimo, pueden salvar vidas (si es causal, no es destino).
Somos todos responsables (algunos también culpables) y somos todos perdedores. Demasiadas veces tuve que hablar con familiares víctimas de siniestros para decirles que sus seres queridos estaban lesionados, amputados, fallecidos, etc.
Hoy tocó en el seno de mi familia y de manera mucho más que injusta se despidió Celia de este mundo. Hoy no está más entre nosotros, todavía no se puede medir el impacto que esto va a causar en la familia. Celia no conducía (nunca aprendió, no le interesaba) siempre en su bici o caminando. Amorosa madre, esposa, hija, abuela, etc. Carente de todo sesgo de maldad. Contenta pq iba a disfrutar la vida de diferente manera (se estaba por jubilar). Así de injustas son estas situaciones caracterizadas por el principio de perder-perder.
Somos todos responsables, cada uno de nosotros (por acción u omisión) tiene un grado de responsabilidad, todos, en cada uno de los diversos roles sociales: CIUDADANOS (padres, hermanos, abuelos, etc.) en cada una de nuestras profesiones u oficios. Incumplimos nuestros deberes de cuidado, no transmitimos el respeto por el prójimo, no pregonamos con el ejemplo, no ejercemos el control (debido a nuestros hijos y/o personas a cargo) e innumerables falencias que determinan nuestra realidad actual, variables que resultan en la conducta negativa que da inicio a la siniestralidad.
Responsabilidad EMPRESARIAL (mismo orden, diferente actor social): ¿en qué porcentaje cumplen sus deberes de cuidado? (¿cómo transportan sus trabajadores?, ¿disponen de vehículos con los dispositivos de seguridad correspondientes?, ¿sus choferes son aptos?…, INDUSTRIAS, ESTABLECIMIENTOS AGROPECUARIOS; COMERCIOS, etc. deben ser parte de la solución, si se trabaja junto a ellos en forma conjunta y coordinada (políticas internas de prevención de siniestros, formación y concientización continua, gestión de medios de transportes internos,designación de rutas seguras, monitoreo y evaluación de conductas positivas, participación en campañas de prevención, etc.). Estas menciones NO son taxativas, ya que existe un sinnúmero de actividades las cuales deberían promoverse con el objeto de mejorar nuestro sistema vial.
Aquí está somera reflexión que no logra la categoría de análisis, relacionada con nuestra innegable responsabilidad. En el mismo orden, pero con mayor responsabilidad, se encuentra el Estado en sus distintos estamentos (nacional, provincial y municipal). Ellos tienen una mayor responsabilidad porque son los encargados de determinar políticas para mitigar y/o disminuir la siniestralidad vial, son los que deben realizar el análisis de las distintas responsabilidades (con los distintos actores ya mencionados y otros muchos) y plantear estrategias que resulten en la superación de cada uno de estos sectores y diversos roles.
Logrando articular acciones con ALIADOS (ya que persiguen el mismo objetivo) disminuir la siniestralidad. Ej. COMPAÑÍAS DE SEGUROS, INSTITUCIONES INTERMEDIAS (clubes, bomberos, iglesias, etc.) INSTITUCIONES EDUCATIVAS. Ejecutar medidas de control efectivas y obviamente, acciones de prevención y promoción (sistemáticas y sustentables). Este DERECHO OBLIGACIÓN: Nadie más lo tiene en esta cadena de corresponsabilidades; por lo tanto, nadie más que el Estado puede y debe ejercerlo.
Obviamente, no estoy de acuerdo con que “la seguridad vial… es un problema social”, cierto es que somos personas y que vivimos en sociedad y, por lo tanto, absolutamente todo lo que pase es un “problema social”, desde la creación de las metrópolis, inclusive antes. Lo que no es acertado, a mi entender, es que el diagnóstico de este problema casi pandémico se agote en una frase hecha que se extingue en la laxitud de la misma frase y dista por mucho en fijar un objetivo positivo o un norte en esta cuestión tan compleja y sensible.
Es imprescindible contar con un diagnóstico que permita diseñar una (o varias ) estrategia de abordaje que intente mejorar la situación que hoy sufrimos. Las responsabilidades incumplidas determinan el grado de siniestralidad, pero también, como se puede observar ,con arduo trabajo puede convertirse en la solución. Tenemos aquí un diagnóstico técnico , a través del cual se pueden fijar estrategias de abordaje que determinen acciones positivas con el objeto de cambiar conductas. Quedan fuera las cuestiones de infraestructura y medios tecnológicos.
Para nosotros, los administrados (ciudadanos, vecinos), también responsables en esta cadena de responsabilidades compartidas. Es hora de decidir si podemos realizar un mayor aporte con el fin de cuidarnos a nosotros mismos. Si nos quedamos al margen como simples espectadores… esperando que no nos toque, rogando que nuestros seres queridos vuelvan sanos.
¿Podemos seguir indiferentes, ignorando los presupuestos básicos para que esta situación cambie?. Antes de un siniestro y también después que transcurrió el hecho. ¿Debemos seguir en soledad? ¿Comportándose eternamente como potenciales víctimas? O podemos hacer algo al respecto?
Podemos realizar algún aporte antes del suceso de un infortunio (formación, promoción y prevención) y también posteriormente (guía, acompañamiento, asesoramiento, etc.). ¿Podemos crear alguna herramienta que nos organice y ordene con el fin de ayudar a prevenir estás tragedias?. Algunas de las preguntas recurrentes en este tipo de tragedias:
¿Cómo hago frente psicológicamente, jurídicamente,judicialmente, administrativamente ? ¿Quién me puede ayudar? ¿Dónde voy, qué corresponde… y qué no? Todo esto en medio de un dolor que no se puede medir.
¿Es necesario que creemos una asociación civil? ¿Es tiempo de que cada uno de nosotros haga un mínimo aporte de conocimiento, tiempo, etc.? ¡Particularmente creo que SÍ!
¡NO ES CASUALIDAD, ES CAUSALIDAD! Si tiene un origen, se puede revertir (o por lo menos intentarlo). Hoy el dolor y la atrocidad tienen nombre y apellido, en un tiempo, lamentablemente, van a tener otro, debemos tratar de evitarlo. Somos todos responsables, algunos también culpables, por acción u omisión.
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