El ex Intendente de Rivadavia por cuatro períodos volvió este viernes a referirse al Hospital Municipal y diferentes situaciones que se estarían dando en el nosocomio. “Hoy se pierden médicos y enfermeros que habían decidido quedarse en Rivadavia y los funcionarios responden “si se quieren ir que se vayan” expresó en su escrito.
LO PUBLICADO POR BUIL
Lamento que algunos vecinos hayan tomado mi nota de ayer como una posición de pelea con el actual gobierno municipal, como una puja política partidaria, y no como una preocupación genuina por un lugar por el que creo he trabajado fervientemente cuando fui intendente y que hoy veo sin conducción.
Cuando llegué al ejecutivo municipal tanto el hospital como cada uno de los centros de salud no solo no estaban en condiciones edilicias sino que carecían de infraestructura, equipamiento e insumos casi elementales.
Vale recordar, principalmente a quienes les parece que todo da lo mismo, que los cambios que logramos junto a las extraordinarias cooperadoras que había en América y los pueblos fueron muy importantes. Se construyeron y habilitaron hogares de abuelos en cada uno de los pueblos y en América, dejando atrás las condiciones de asilos. Se habilitaron, reformaron o ampliaron salas de internación y dependencias en todos los pueblos del distrito. Se construyó el CIC y se mejoraron los centros de atención primaria de América. Se mejoró la tecnología e infraestructura del hospital de manera exponencial (terapia, habitaciones, guardia, shock room, quirófanos, tomógrafo).
Nunca faltaron medicamentos ni insumos ni se negaron traslados o estudios. Había más profesionales médicos permanentes que en la actualidad siendo que han pasado años. Cada directivo que hubo en el hospital marcó una impronta y no destruyó los logros de los anteriores. A las enfermeras se las capacitó dándoles oportunidades, no quedando prácticamente ninguna empírica. Se hizo un nuevo escalafón del personal municipal dándoles jerarquía a los profesionales y técnicos de salud sobre el resto. Se adquirieron ambulancias en condiciones para todos los centros de salud y se equiparon específicamente las de traslado.
Y sobre todas las cosas, ante los errores o problemas estábamos presentes, porque jamás interpreté ni permití que los funcionarios interpretaran la función pública como una galería de fotos o un relato vacío.
Por supuesto que hago autocrítica y muchas cosas después de pasadas aprendí que podía hacerlas diferentes y mejor, pero nunca dejé de dialogar, de buscar soluciones en conjunto, de comprometerme con cada situación que se presentaba. No concibo funcionarios que trabajan cuando quieren, que no entienden la política pública como un servicio, que ostentan cargos y no generan nada o se creen con derecho a hacer lo que se les antoja. La función pública implica dedicación, buscar la eficiencia, la eficacia, ser abiertos y honestos.
Hoy se pierden médicos y enfermeros que habían decidido quedarse en Rivadavia. Y la respuesta reiterada de los funcionarios, aunque eso implique llegar a las consecuencias extremas sucedidas a lo largo de este año, es “si se quieren ir que se vayan”, como si los servicios de salud se los pudieran cubrir de un día a otro con personal sin formación específica.
Escribo y seguiré escribiendo porque todo esto me duele, porque entiendo a quienes comentan con buenas intenciones y hacen críticas por errores del pasado, pero también porque están los que escriben sin sentido para tapar a funcionarios que tiran a la basura logros que costaron años.