El medio colega “Venado 24” publicó una fuerte columna, tras el siniestro vial en ruta 33 que le costó la vida a un médico y un ambulanciero que viajaban a buscar un paciente
LA NOTA TEXTUAL
La 33, la Ruta de la Muerte, transitable únicamente si se tiene la osadía de arriesgar la vida o la imperiosa necesidad de llegar a algún pueblo que solo esté sobre ella o de llevar el camión al puerto, volvió a cobrarse vidas.
Esta vez fueron dos trabajadores del sistema de emergencias SIES 107: Fernando Fetter, chofer de ambulancia, y Paulino Palancar, médico. Perdieron la vida en acto de servicio, intentando salvar otras. Murieron chocando contra un camión en las inmediaciones de Elortondo, sobre ese mismo camino que todos transitamos con la certeza de que podría ser el último.
La 33 es un corredor que no admite términos medios: o se la transita por necesidad, o por temeridad. No es una elección, es una trampa. Pero no es una trampa natural, sino deliberada. Producto de decisiones políticas tomadas –o mejor dicho, evitadas– durante décadas.
Ningún Gobierno nacional le prestó atención. El kirchnerismo, en épocas de vacas gordas, no vio votos en transformar en autopista el principal corredor de granos porque los votos de Rufino, Venado, Firmat y los pueblos son un cero a la izquierda comparados con los de otros distritos…. o sea el AMBA y provincias adictas. A la vez la negociación con Hugo Moyano incluía dejar los trenes de lado.
El macrismo, el Gran constructor de infraestructura, por las mismas razones. Otra vez: Moyano, los votos, las prioridades. La historia se repite.
Y ahora Milei, por las mismas razones y porque mantiene superávit fiscal mientras deja que las rutas se desintegren bajo nuestras ruedas. Un superávit construido a fuerza de no hacer lo básico. La muerte viaja en ambulancia, en moto, en camioneta, en colectivo o a pie.
¿A quién le importan los 200 mil votos de General López y de los camioneros que la transitan cuando los más numerosos rosarinos usan esa senda marginalmente?
La muerte en la 33 no es una fatalidad: es el resultado de omisiones. No son tragedias: son homicidios por desidia.
Y cada vez que la comunidad vuelve a vestirse de luto, hay una pregunta que grita en el aire: ¿cuántas muertes más hacen falta para que la ruta 33 deje de ser una ruleta rusa?