Fue la mascota de los nazis en el mítico acorazado Bismarck pero los Aliados lo encontraron flotando en una tabla luego de hundir el barco. A partir de ahí, nave que pisó se fue a pique sin que el animal sufriera herida alguna.
Via: Clarin – El gato maldito de la II Guerra Mundial: se pasó de bando y cada barco en el que estuvo terminó en el fondo del mar
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