La victoria amplifica el aura de grandeza que rodea al piloto. El dramatismo del último giro agigantará, como si hiciera falta, la leyenda de Lewis Hamilton, que desanduvo con el neumático delantero izquierdo destrozado los 5891 metros finales para firmar el tercer triunfo en cuatro carreras de la temporada, el número 87 de su formidable trayectoria y el séptimo en el circuito de Silverstone.De repente, el Gran Premio de Gran Bretaña dejó de ser un paseo, un éxito simple y sin sobresaltos de la mejor espada de Mercedes, para convertirse en un desenlace épico, con el británico maniobrando en puntillas, mientras desde el pitwall el ingeniero Peter Bonnington le relataba los segundos que lo separaban de Max Verstappen (Red Bull Racing), el primer escolta. Entre las chispas que despedía la Flecha Negra y la tensión que implicaba sostener en la pista a un auto indócil, Hamilton logró una conquista histórica en el trazado en el que la F.1 comenzó a escribir sus páginas hace setenta años.


Via: LaNacion – Fórmula 1. Lewis Hamilton y el espejo de Michael Schumacher: una carrera loca en Silverstone 22 años después
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