Con estas palabras, Cecilia Ocampo, la esposa del empleado que protagonizó el accidente laboral el martes por la mañana al darse vuelta un tractor en el corralón municipal, agradeció a través de sus redes sociales el acompañamiento en los momentos vividos
“Volvió a nacer” “fue un Milagro” son palabras que podría decir y ambas aplican y se ajustan a lo que hoy vivimos…Un poco más tranquila, cuando empezás a pensar en todo lo que pasó y agradeces a Dios por todo eso que no pasó y pudo haber pasado. De 100 accidentes como el de hoy, 1 la cuenta, y gracias a Dios hoy estamos contando otra historia…juntos…” comenzó diciendo en su escrito la mujer.
Cecilia agregó “Cuando una desgracia te azota a las 7.15 AM, y advertís que pasó porque tenía que pasar, sin cuestionar por qué, y te das cuenta que Dios está ahí, porque pasó en el momento indicado, en el lugar perfecto y junto a la gente correcta (en otro momento, en otro lugar y con otras personas nada hubiera sido lo mismo)”.
La mujer cuenta lo que sintió al llegar al lugar del accidente “Cuando llegué al corralón, ciega, sin saber si estaba vivo o reventado entre los fierros me dijeron, “tranquila…está consciente..” y ahí supe que no me iba a dejar…con huesos rotos, sanos, con lesiones leves o graves, yo ya supe que con su fortaleza no se iba a entregar”.
Ocampo manifestó sus sensaciones durante el tiempo que duró el rescate de su marido “En una hora y media, mientras personal de bomberos hacia su trabajo para sacarte, compañeros del corralón aportaban todo lo que estaba a su alcance para colaborar, yo solo rezaba y contemplaba desde lejos, temblando de miedo, refugiándome en algunos abrazos que intentaban consolarme”.
“No era momento de irte…a partir de hoy estás viviendo de prestado bonito, hoy naciste de nuevo, fue solo un susto, que nos sacan de eje, nos hacen parar la pelota, ajustarse los botines y mirar el juego de otra manera…” dijo la abogada.
“GRACIAS INFINITAS a todos y cada uno de los que ayudo con el rescate, a quienes nos acompañaron con su oración de todas las religiones, GRACIAS BOMBEROS…que grosos son la pucha! Que vocación estar ahí, ayudando por amor a la vida…gracias, gracias y gracias…” Se repiten las palabras de agradecimiento de la mujer.
“Hoy hemos cosechado por medio de una desgracia con suerte, un poco de lo que hemos sembrado en estos años, muchos pero muchos mensajes a mi teléfono y al de Pedro que vamos contestando de a poco, sin distinguir partido político, religión, si somos de acá o de allá… hoy sentimos a cada uno de ustedes con nosotros” expresó Cecilia.
Explicando como pudo salir sin fracturas de ese incomodo lugar, la esposa Pedro Martel cuenta que “El cuerpo se acomodó para quedar atrapado en esa cabina de una forma en la que no se explica cómo no se quebró ningún hueso… Solo un corte grande en la cabeza que suturaron y una fractura de pómulo que es baratísimo comparado a todo lo que pudo haber pasado…asi que GRACIAS DIOS, lo estamos contando…”
“Ahora solo a dejar que el cuerpo se acomode de semejante susto, que las emociones vuelvan a su lugar, que el corazón normalice su ritmo, que el cuerpo se relaje y se recupere de cada golpe menor..” dijo.
En el final nuevamente surgen los agradecimientos “QUERIDA AMERICA…GRACIAS por sus oraciones, su acompañamiento, su respeto ante la incertidumbre del momento y sobre todo, por su amor… nos han llegado cada una de las buenas vibras y energías positivas que nos han y están mandando, si Dios quiere, pronto nos iremos a casa…”