Las declaraciones de algunos referentes del kirchnerismo sobre la producción agropecuaria, y en especial sus productores, nos retoma a un debate estéril que quisieron instalar en sus 12 años de gobierno.
Por Sergio Buil
El campo es el principal motor de las economías del interior bonaerense, pese a quien le pese. Y hoy es gracias a que su producción nunca se frenó, que siguen entrando dólares frescos a una economía que no repunta.
Hace 15 meses, cuando estaban en campaña, prometían asado para todos y ahora se preocupan por el precio de la polenta. El consumo de carne en Argentina se derrumbó al nivel más bajo de la década y les echan la culpa a los productores.
Además de lo contradictorio y vacío del mensaje, se cuestiona el aumento del precio de la carne vacuna, de cerdo y del pollo, pero ¿será que no quieren que tengan mejores ingresos?
La incertidumbre que el gobierno generó con las exportaciones del maíz tuvo sus consecuencias. Brasil decidió comprar más trigo a EEUU, en detrimento de la producción argentina, generando una pérdida de divisas para el país.
La tozudez los llevó a cometer graves errores de gestión. Por eso le pedimos al gobierno nacional y provincial, que no se cierren en esa mirada obtusa que en vez de aportar soluciones termina profundizando los problemas.