Estados Unidos alcanzó este martes la cifra de 3.416.222 casos confirmados de COVID-19 y la de 136.432 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance a las 20.00 hora local (00.00 GMT del miércoles) es de 62.874 contagios más que el lunes y de 908 nuevas muertes.
La cifra de casos diarios volvió a superar los 60.000 arrastrada por los brotes en estados del sur y del oeste como Florida, Texas, California, Arizona y Georgia.
Nueva York, sin embargo, se mantiene todavía como el estado más golpeado en Estados Unidos por la pandemia con 403.175 casos confirmados y 32.408 fallecidos, una cifra que solo superan Brasil, el Reino Unido, México e Italia.
Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 23.336 personas.
A Nueva York le siguen la vecina Nueva Jersey con 15.582 muertos, Massachusetts con 8.340 e Illinois con 7.419.
Otros estados con un gran número de fallecidos son California con 7.219, Pensilvania con 6.931, Michigan con 6.326, Florida con 4.409 o Connecticut, con 4.374.
En cuanto a contagios, California es el segundo estado solo por detrás de Nueva York con 342.967, Florida el tercero con 291.629 y Texas el cuarto con 277.712.
El balance provisional de fallecidos -136.432- ha superado ya la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.
El presidente estadounidense, Donald Trump, rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y los 60.000 fallecidos, aunque en sus últimos cálculos auguró ya hasta 110.000 muertos, un número que también se ha superado.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que Estados Unidos llegará al mes de octubre con unos 185.000 muertos.
El laboratorio estadounidense Moderna anunció este martes que su vacuna contra el nuevo coronavirus produjo anticuerpos suficientes para neutralizar la enfermedad en los pacientes que recibieron la dosis.
Los resultados, publicados este martes en el New England Journal of Medicine, se desprenden de la etapa inicial de pruebas de la vacuna, llevada a cabo en 45 voluntarios en el mes de marzo.
Según explicaron los científicos involucrados en el proceso, estas personas desarrollaron una cantidad de anticuerpos comparable a la de aquellas personas que superaron la enfermedad de manera natural.
La doctora Lisa Jackson, quien lideró el estudio, indicó que los resultados son “un paso esencial necesario para seguir adelante con los estudios que pueden realmente determinar si la vacuna protege contra la infección”.
Ninguno de los voluntarios reportó efectos secundarios graves. Más de la mitad de ellos sí informaron sobre síntomas similares a la gripe -fatiga, dolor de cabeza, escalofríos, fiebre y dolor en el lugar de la inyección- algo que suele suceder con otras vacunas. Los síntomas duraron solo un día, indicaron los científicos, y no revisten una gravedad que implique la necesidad de terminar con los ensayos.
“Sin importar la manera en que se analice, estas son buenas noticias”, aseguró el principal epidemiólogo de la Casa Blanca, Anthony Fauci, en diálogo con The Associated Press. Las acciones de Moderna treparon un 16,4 por ciento luego del cierre del mercado en Estados Unidos. El valor de la farmacéutica ha incrementado en más de 300 por ciento este año.
(Con información de EFE)
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