El entrenador que pasó por América muchas veces con sus equipos es uno de los que más sabe del fútbol a nivel formativo y tiene una historia de película.
No alcanza con un libro para enumerar la cantidad de cosas que Miguel Beto Ramírez hizo en su vida a través del fútbol. Desde la infancia con los Maradona en Villa Fiorito, sus pasos por México, Europa y La Pampa hasta llegar a la región. Es responsable de que muchos futbolistas del interior hayan llegado a primera y sigue trabajando con la misma humildad de siempre.
“Vengo bien de abajo. Me costó mucho, fui canchero, utilero. Hice el curso de técnico, todo me costó muchísimo. Por suerte hoy puedo decir que vivo del fútbol, que en el interior no es fácil. En ciudades más grandes como Buenos Aires o Córdoba se hace más sencillo, en la Patagonia es muy difícil. Pero gracias a Dios estoy bien, mi señora me acompaña, es una fenómena”, comenzó diciendo Miguel.
Por estos tiempos, trabaja con Fonavi de Plottier y la Asociación Alas Argentinas de la misma ciudad. “La idea es ayudar a los chicos a crecer, que el fútbol sea una contención social. Que mejoren como personas, en su alimentación, que tengan disciplina y orden. Y que el día de mañana si alguno tiene intenciones de seguir y condiciones, daré una mano para acercarlos a clubes de AFA”, explicó.
La infancia con la familia Maradona
Su trabajo constante y sus formas están marcados por sus orígenes. Entre otros, Beto creció en Villa Fiorito con Diego, sus hermanos, hermanas y toda la familia. A tal punto que cada año, Lalo viene a Plottier para el Mundialito que se realiza en la región y por el que Beto trabaja incansablemente.
“Me crié en Fiorito, en la Villa, en Lomas de Zamora. De ahí la amistad con Lalo y con toda la familia, Pelusa (Diego), las hermanas, Ana, conocí a los padres. Jugué por plata en Caraza, en Fiorito, Budge. Jugué en Lanús en infantiles y después dejé. Dirigí, laburé de canchero en el club”, relató sobre los primeros años de su vida.
Luego se mudó a La Pampa donde comenzó trabajando en Deportivo MacAllister, ya metido de lleno en la formación y captación de talentos. En esa provincia fundó dos clubes: primero Recreo de Santa Rosa y en los últimos años uno que lleva su nombre en 25 de Mayo.
Además de dirigir a varios seleccionados pampeanos, le dio lugar y llevó a chicos que luego serían jugadores profesionales, como los Solari (Santiago, Mateo) Juan Rodríguez, Eric Jerez, Nicolás Servetto y varios más.
Estuvo cuatro años en México, donde vivió cuatro años compartiendo una cultura que, si bien tiene el mismo idioma, es diferente a la de Sudamérica.
Luego volvió al país y continuó trabajando en diferentes lugares, como cuando fue ayudante de campo del Pulpo Lencina en 25 de Mayo que estaba jugando en el Federal B.
En los últimos años llegó a Neuquén, donde en los años de la pandemia se casó con su esposa y compañera de vida.
Alianza de Cutral Co, Independiente de Neuquén y Añelo lo tuvieron como uno de sus formadores. Allí vio a varios de los chicos que llevó a probar a Buenos Aires y también generó el contacto para enfrentar a equipos de primera y Primera Nacional.
Varios de los pibes de Neuquén que pasaron por su ojo están teniendo oportunidades en clubes importantes.
Cómo llegó a dirigir en Europa
Por segundo año consecutivo, Ramírez estuvo dirigiendo en el Viejo Continente, en un torneo llamado Viareggio Cup. Beto trabaja para una empresa europea que tiene el club Jóvenes Promesas, de Palencia, España. Con ese equipo se enfrentó a otros con mucha tradición en inferiores como la Sampdoria, Westchester y el local Viareggio.
Tras superar la fase de grupos, su equipo quedó afuera en el primer cruce, pero la experiencia fue invaluable.
La Viareggio es un torneo Sub 18, que los juegan los equipos más importantes de Europa, por donde pasaron chicos que serían cracks como un tal Lionel Messi, Andrea Pirlo y muchos más. Con el italiano, que está dirigiendo en su país, se sacó una foto en ocasión del certamen.
El deporte que ama le dio la posibilidad de recorrer el país y el mundo. Él nunca aflojó y se ganó el privilegio de vivir de lo que le gusta y disfrutando momentos únicos.
Ramírez es fruto de un país donde el fútbol se vive como en ningún otro. Cualquier intento de nota quedará corta para con uno de los captadores y formadores más importantes que hay en la región. Sin dudas, Beto es uno de los que más oportunidades ha generado para chicos que buscan hacer carrera en el deporte más popular del país y también merece su reconocimiento.
Por Facundo Rumene
Fuente: La Mañana de Neuquen