En Sinaloa, los grupos criminales tuvieron un rol protagónico en la crisis generada por el coronavirus, lo confirmó el estudio Observaciones sobre Violaciones a Derechos Humanos cometidas durante la Contingencia Sanitaria por COVID-19.
El informe señala que el Cártel de Sinaloa promovió el encierro en las casas y el distanciamiento social a partir de prácticas violentas en la ciudad de Culiacán. “Se les informa que después de las 10 de la noche tienen que estar adentro de su casa por el coronavirus, si no agarran el rollo lo vamos a tablear a la verga. Son ordenes de arriba de los Chapitos. Hey, no estamos jugando, no es juego”, dice un hombre presuntamente miembro de la célula delictiva liderada por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
La grabación fue una de varias que se difundieron en redes sociales sobre “justicieros”, que a nombre de Los Chapitos incitaron, bajo sus propios métodos, a que las personas se quedaran en su casa. De acuerdo con el gobierno mexicano, estas medidas tuvieron lugar del 12 al 18 de abril en la capital de Sinaloa, mientras que en el municipio de Los Mochis se registraron del 19 al 25 de abril.
Días antes, la hija del fundador del Cártel de Sinaloa, Alejandrina Gissele Guzmán entregó despensas a las personas de la tercera edad. Los repartos se llevaron a cabo en la zona metropólitana de Guadalajara, Jalisco. La dinámica de distribución consistió en enviar un mensaje a WhatsApp o a través de Facebook solicitando una ayuda personal.
Los insumos para sobrellevar la cuarentena fueron empaquetados en cajas con diseños bien cuidados, sobrios, con la cara de “El Chapo” y la dirección web de la compañía.
Julio Campos, CEO de la marca, mencionó que con estas acciones, además de ayudar, buscaban que la gente ya no señalara la marca como parte del Cártel de Sinaloa o como un sello de la delincuencia organizada.
Otras regiones en las que se registraron medidas restrictivas por parte de grupos del crimen organizado fueron Iguala, Guerrero, con toques de queda obligatorios; Pentatlán, Guerrero, donde se reportaron amenazas a médicos; Tuxpan Veracruz, por parte del Grupo Sombra que amedrentó con permanecer en casa y finalmente en Santiago Ixcuintla, Nayarit, donde el Cártel Jalisco Nueva Generación fue involucrado por el cobro de impuestos.
Expertos en la materia han señalado que las iniciativas de grupos criminales ante la pandemia no son una muestra de benvolencia o solidaridad, sino de diversos cálculos políticos personales. Tres grandes factores impulsan este tipo de medidas: reafirmar y proyectar el control territorial, colaborar con el gobierno para tener argumentos en futuras negociaciones y sus propios intereses de actuar sin la lupa de la ciudadanía.
Durante el periodo de toques de queda que implementó el Cártel de Sinaloa, la entidad del norte se ubicó como la segunda región con mayor número de muertes por coronavirus.
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Via: InfoBae – “No estamos jugando”: el Gobierno reconoció que los Chapitos impusieron un toque de queda en Sinaloa por COVID