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Con los docentes reclamando un salario digno y los profesionales de salud agolpados a su puerta exigiendo insumos de trabajo que nunca llegan, el gobernador Axel Kicillof impulsa su obsesión de liberarse del destino del gobierno nacional e invierte en marketing.
Ciertamente, se trata de tiempos tumultuosos para el gobernador de la provincia de Buenos Aires. Preocupado, admitió días atrás que ve posible desdoblar las elecciones, en un desesperado intento de despegarse de la suerte de los candidatos nacionales. De hacerlo, sería la primera vez que ocurre desde el retorno de la democracia en 1983.
Ciertamente, no ha sido una semana sencilla para Axel Kicillof. Distraído con encuestas que muestran un escenario incierto en el futuro próximo, tropieza en la mayoría de los actos en los que participa. Algo de esto ocurrió en su visita a Tandil, cuando intentó hacerle una broma al intendente Miguel Lunghi, que se apresuró a mostrarle la seriedad de la situación.
En conferencia de prensa, Lunghi fue interpelado por un periodista sobre la posibilidad de aprovechar la presencia del gobernador para hacerle algún pedido. Visiblemente nervioso, Kicillof intervino y aseguró: “Me pidió salames, pero yo le dije que esto es Tandil”.
La broma no fue bien recibida por el intendente de Tandil, quien lo cortó en seco. “Hay que ser correcto como político. Me parece que Axel se quedó corto. Además, el tema es que las redeterminaciones las está pagando el municipio”, aseguró Lunghi. El gobernador quiso intervenir, pero nuevamente fue interrumpido por el jefe comunal: “No entremos en debate”, le espetó.
Ciertamente, el clima en la provincia no es el mejor. Municipios reclamando mejores inversiones y auxilios financieros, desempleo, niveles de pobreza pocas veces visto y una conducta compulsiva de toma de deuda que pareciera amenazar con dejar a la provincia de Buenos Aires al borde de la quiebra.
En este escenario, algunas de las últimas decisiones del gobernador cayeron en el marco de la polémica. Entre ellas, se destaca un curioso pedido. Mientras los jubilados bonaerenses y los afiliados del IOMA, entre otros, deben esperar para resolver sus agobiantes situaciones, Axel Kicillof impulsa una multimillonaria compra de gorritos y calcomanías para apuntalar su campaña.
La información se desprende del proceso de compra Nro. 60-0377-LPU23, publicado recientemente por la dirección General de Administración de la provincia de Buenos Aires.
De acuerdo al pliego, el gobernador Kicillof dio luz verde al gasto de 805 millones de pesos en mochilas, botellas para agua, gorros y calcomanías con texto institucional, que será utilizado por el ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología en el marco del programa bonaerense de turismo estudiantil. Se trata, en concreto, de 100 mil botellas de plástico y acero, 100 mil mochilas de uso diario, 100 mil gorros de algodón y 200 mil calcomanías.
Dispuesto a alejarse del destino del gobierno nacional, el gobernador Axel Kicillof invierte más que nunca en elementos de campaña y marketing. La obsesión por repetir el triunfo del 2019 pareciera haberlo llevado a límites impensados. Tanto, que mientras los médicos golpean a sus puertas en busca de un auxilio económico e insumos para trabajar, Kicillof gasta el equivalente a 20 salas de atención primaria en gorritos y calcomanías.
Fuente: (www.REALPOLITIK.com.ar)
